Si
hay una actividad que ha acompañado al hombre a lo largo de su historia
es, sin duda, la minería. Antes de la Revolución Industrial represento
el medio a través del cual
se lograban encontrar metales preciosos para intercambiar por bienes y,
después de esta, represento el medio a través del cual se construyó la
sociedad como la conocemos principalmente, por el uso del hierro para
construir máquinas y bienes de consumo masivo.
Nuestro país posee una larga historia y tradición en el tema, a tal
grado que hoy es uno de los productores más importantes del mundo y
líder en la región de Latinoamérica aún, por encima de Chile que basa en
mucho su economía en este sector. México actualmente
cuenta con 23 yacimientos catalogados como gigantes y 6 supergigantes
lo que, lo hace el principal productor de plata en el mundo y, uno de
los principales productores de Bismuto, Plomo, Oro y Cobre. En general
podemos decir que en 16 minerales, nuestro país
se encuentra entre los mejores 10 productores del mundo; y en cuestión
de empleo, a septiembre de 2015 existen 350 mil 347 empleos generados
por la industria minero-metalúrgica.
Sin embargo, no obstante estos
buenos números de la actividad minera tal parece
que estos, no siempre se traducen en beneficios para las comunidades
que albergan a la misma. Así que siguiendo el camino de las reformas
impulsadas por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, que
tienen un componente necesario para el desarrollo
incluyente en nuestro país y así cumplir con el mandato constitucional
de asegurar la protección más amplia a las personas, tenemos que un
instrumento derivado de la Reforma Fiscal, como
lo es el Fondo Minero, puede potenciarse la labor que durante muchos
años la industria minera ha realizado en las comunidades.
El objetivo de
esta iniciativa es impulsar la inclusión de una nueva generación de
labor colectiva y una visión de desarrollo regional
sustentable que provea mejores condiciones para una vida digna a
aquellas regiones tan alejadas en distancia y en desarrollo. La
Secretaria de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (SEDATU) es la
encargada de llevar la operación del fondo por lo que, en
conjunto con la Cámara Minera de México, ha empezado esta tarea. Es así
que en mes y medio se han instalado 7 comités en los estados de
Zacatecas; Durango; Coahuila; Chihuahua; Hidalgo; Sonora y Oaxaca. Lo
que representa el 80 por ciento de los recursos totales
del Fondo mismos que, ascienden a 2 mil 079 millones de pesos en
beneficio de 25 Estados y 199 Municipios. El 76 por ciento de los
recursos del Fondo se encuentran destinados a los Estados de: Sonora
($607,135,211.15); Zacatecas ($444,660,379.59); Chihuahua
($241,111,519.06); Durango ($154,279,713.96) y Coahuila
($126,871,115.69). Estas acciones sin duda, permiten consolidar el
desarrollo social sustentable en las comunidades dedicadas a esta
actividad en función de los requerimientos de cada uno de los
municipios,
con la rectoría de los Gobiernos Estatales, el Gobierno Federal y la
amplia participación del sector privado.
El Fondo Minero, representa una
manera más de transformar el rostro de la pobreza a través del
crecimiento económico; la generación de empleo y de
un mejor ingreso para las familias mexicanas. Y esto se observa en la
actualidad con el reporte de una oferta de empleo de calidad y largo
plazo con remuneraciones de un 40 por ciento superior al promedio
nacional.
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